En este artículo vamos a hablar un poco acerca de los aspectos legales de los redactores freelance. Por supuesto que no somos abogados, así que no tomes esto como una consulta legal. Si realmente tienes una duda legal, por favor habla con un abogado local (porque, además, las leyes suelen variar según el país en el que te encuentres).
Ser escritor freelance es uno de los trabajos más habituales que te puedes encontrar por internet. Y es que no es para menos: tan pronto comenzaron a aparecer todos estos espacios digitales, empezó también a crecer la necesidad de generar contenido para poder mantener a las personas tanto informadas como interconectadas, con todas las oportunidades que esto crea.
Se abrió una brecha en el mercado de cómo y qué se debía escribir en internet y, con la necesidad de tener que llenar los continuos espacios de contenido, aparecieron los escritores y redactores freelance.
Pero al mismo tiempo que ha existido esta enorme cantidad de demanda también han venido ocurriendo una serie de problemas los cuales siguen al rubro desde sus primeros pasos, y es el mal contenido. Muchas personas prefieren recurrir a creadores de contenido que poseen un menor nivel o índice de calidad a la hora de querer conseguir material, solamente porque son mucho más baratos que otros y esta decisión a veces termina saliendo cara.
Lo cierto es que desde que la expansión del internet ocurrió en el mundo también una serie de aspectos fueron creciendo, lo que conocemos como los derechos de autor, y es que justamente es de las cosas que se abusan más en Internet. Básicamente, los derechos de autor son los derechos de pertenencia que tiene alguien hacia algún trabajo que haya creado. Muchos escritores recurren a hacer «copia y pega» de estos trabajos para poder aumentar el número de palabras que entrega.
Cabe mencionar que estas prácticas no las apoyamos pues se trata de un plagio, y además esto nos perjudicará en diferentes aspectos, tanto técnicos como legales y éticos, así que lo que haremos será separarlos en categorías y explicarlos.
Aspectos legales
Algo que tenemos que tener muy en cuenta a la hora de desempeñarnos en los trabajos de internet es que, si bien tenemos todo al alcance de un clic, no quiere decir que todo sea nuestro o «de uso público».
Es muy fácil no entender la línea tan delicada que separa estos aspectos pero está ahí y debe ser respetado, esencialmente el trabajo de un freelance como escritor es generar material escrito para blogs o páginas web sobre géneros diferentes, de tal manera que tiene que estar siempre escribiendo sobre los diferentes aspectos de los cuales se pueden beneficiar a la hora de querer escribir o estar generando un material sobre los diferentes puntos de los cuales se podrían especializar.
Ahora, de la misma manera como estamos generando contenido escrito necesitaremos obtener material para trabajar. Esto no quiere decir tomarlo, significa estudiarlo, es decir, si estás buscando crear artículos sobre fontanería y no tienes idea de cómo funciona un tubo, debes leer e investigar sobre esto para que puedas crear muy propio artículo, en base a tu opinión y tus propias ideas, pero más importante, con tus palabras.
Sin embargo, existe quien directamente copia todo lo que dice su material de apoyo y lo plasma como si fuera propio, y aquí estamos incurriendo en el primer problema pues estaríamos violando los derechos de autor, que como ya hemos explicado es el sentido de pertenencia que alguien tiene en relación a un trabajo. El problema está en que son literalmente derechos que tiene sobre ese trabajo, es decir hay un aspecto legal.
Los derechos de autor y las patentes tienen una estructura legal variada en cada país, pero por norma general cumplen con todos los aspectos de «irrenunciables e inalienables a menos que se tenga un consentimiento» y lo cierto es que, aunque creas que no, en internet también existen. No podemos solamente tomar los textos o los párrafos que nos gustan porque estaríamos metiéndonos en un embrollo legal.
Si tienes un blog o una página web en la cual estás mostrando o incluso patrocinando contenido que se considere que está violando los derechos de autor, el obtener una suspensión de tu cuenta de hosting sería el menor de tus problemas.
Lo que usualmente ocurre es que se te quita el dominio de tu sitio web y se ve cerrado, esto porque una persona o los algoritmos de internet percibieron que estas replicando información que no es de tu propiedad.
Existen muchos sitios que se manejan de esta manera, incluso lugares como WattPad, Fiverr o Upwork son muy duros si se detecta que alguien está violando los derechos de autor en sus escritos. Las cuentas de estos usuarios pueden verse totalmente bloqueadas por un uso inadecuado.
Además, dependiendo del país en el cual te encuentres, puede haber sanciones mayores por intentar violar los derechos de autor. En los casos más leves recibirás una advertencia y una orden de cese y desista, en las cuales se nos pide que borremos el contenido y no lo volvamos a publicar. Básicamente tendríamos «un strike«, pero si la cosa se complica podemos recibir una multa por violar los derechos de autor, que tendremos que pagar y si la cosa escala aún más, podríamos recibir directamente una demanda y tendríamos que acudir a un juzgado para ver como acabamos.
Y sí, eso cuesta mucho dinero, y sí, se han dado casos de demandas por presuntos plagios en artículos, así que es mejor no arriesgarse.
De igual manera hay aspectos legales positivos para los escritores freelance, por ejemplo, los mismos derechos de autor te protegen a ti y a tu contenido sobre todo lo que hagas.
Aspectos éticos
Como escritor freelance hay una serie de aspectos que tienes que tener muy en claro a la hora de querer trabajar.
Primero y principal, no plagiar. le estas quitando el trabajo a alguien y no sabemos todo el proceso que hay detrás, así como a ti te cuesta hacer artículos de 500 palabras a alguien le costó horrores hacer uno de 1000, no lo tomes no es tuyo.
Parafrasear directamente un artículo también podríamos considerarlo un plagio, no te mantengas en eso, desiste, lo que pasa con todos estos aspectos es que solamente estas creando un mal trabajo de tal manera que no estas ofreciendo un buen producto.
Ponle un valor a tu trabajo acorde a lo que realizas, estás buscando la manera de crear algo único y de tu propiedad con tu propio sello de calidad, eso que escribes no se parece a nada que haya en otro lado, es tuyo, debes ponerle un precio y deben respetarlo, pero si quieres tener un buen precio y quieres que lo respeten, debes poner valor y calidad, las personas se sentirán más atraídas a esto si realizas buen trabajo.
Desarrolla un sentido de responsabilidad, sentarse a escribir no es nada fácil necesita mucho tiempo y dedicación y tú sabes los problemas que te trae, pero debes cumplir si estas comprometido, es un sentido de propiedad que tenemos para con el trabajo que realizamos
Qué es un contrato de trabajo por encargo de obra
El contrato de encargo de obra viene a ser una especie de “contrato de arrendamiento de obra”, pero difiere del mismo sólo en que la obra cuya explotación se encarga no es un bien mueble, sino una cosa inmueble. El autor de una obra de creación intelectual se encuentra en esa situación, bien porque ha solicitado la creación de la misma a un comitente, o bien porque ha sido creada debido a su actividad profesional. Es un contrato que no está regulado expresamente por la Ley de Protección Intelectual, pero que tiene una regulación específica para ser protegido por ella.
Tener un contrato escrito. El contrato de encargo de obra debe ser escrito, dando cumplimiento a la regla general. En caso de que el contrato no lo sea, el autor tiene derecho a pedir que lo ponga por escrito.
En este contrato, es importante establecer el tipo, la calidad y el destino de la obra, los derechos de explotación cedidos, el plazo de entrega, el número de modificaciones y plazos para realizarlas, y desde luego, precio o forma de remuneración proporcional.
Además de esto, las modificaciones serán necesarias hasta que el cliente se sienta satisfecho con el trabajo y el autor puede quedarse con la obra hasta que el cliente le pague.
