Bueno, esta es una de esas cosas que muchas personas tienden a no pensar demasiado antes de decidir ser redactor freelance, sin embargo, es muy necesario estar atento al como haremos esto ya que será el valor que le estamos dando a nuestro trabajo.
Puedes cobrar por palabra, por hora o por proyecto. Lo más común es cobrar por palabra. En España se suele cobrar 0,06 euros por palabra (un poco más, un poco menos), mientras que nuestros compañeros sudamericanos bajan estos precios hasta 0,015 dólares por palabra. Los he encontrado más baratos, pero después de probarlos puedo decir que no vale la pena ni corrigiendo el material que te entregan.
Cobrar por hora es algo más complicado por dos cosas: primero, hacer los cálculos adecuados para saber cuánto cobrar (en el futuro compartiré una tabla para ayudarles a calcular esto) y, segundo, encontrar a un cliente que acepte pagarte por horas con alegría y sin rechistar ni hacerte justificar cada minuto de tu tiempo.
Cobrar por proyecto también es una opción común. Si se te ha hecho difícil conseguir a un cliente que te quiera pagar por hora, solo tienes que sumar esas horas y cobrárselo por proyecto. El mismo cliente que antes te dijo que no, ahora es probable que te diga que sí. Así somos. Algo bueno de cobrar por proyecto es que no todos los proyectos son iguales, así que en ocasiones puedes completar alguno con mucha rapidez y cobrarle de todas formas el precio normal de ese tipo de proyectos. Por ejemplo, un artículo sobre algo que conozcas tan bien, que puedas escribir en 15 minutos, saltándote el proceso de investigación.
Cobres como cobres, siempre hay que tenerlo claro con el cliente y tener un contrato que abarque todos los supuestos (número de revisiones, porcentaje del texto a cambiar por cada revisión, límite de tiempo para pedir esas revisiones, cuándo y cómo se pagará, etcétera).
Existe quienes no lo entienden, pero tener que sentarte a escribir y desarrollar una serie de ideas de las cuales nos podemos ver beneficios a largo plazo no es para nada un trabajo fácil; toma mucho tiempo y esfuerzo. No podemos regalar nuestro trabajo y lo mejor es sentirse cómodo con lo que cobrarás mientras estás trabajando. Si no te sientes cómodo con el precio de tu trabajo, es probable que no te esfuerces lo suficiente para hacer algo de calidad, aunque sea de forma inconsciente.
En los últimos tiempos muchas personas prefieren reducir mucho sus costos y rebajar mucho su trabajo, sin poder contar que la obra que estamos realizando tiene un valor de cantidad y de tiempo el cual tenemos que rentabilizar. A mí me parece una tontería, ya que es ahora cuando la necesidad de contenido ha aumentado considerablemente. Cada vez se necesita más contenido, la demanda aumenta, ¿por qué cobrar cada vez menos por algo que se necesita más? Sí que hay cada vez más personas ofreciendo sus servicios como redactores, PERO lo que se necesitan son profesionales que se dediquen a escribir buenos textos, no a cualquiera que aporree el teclado hasta sacar artículos de 500 palabras. Ojo que con profesionales no me refiero a gente con títulos: me refiero a gente que domine el arte de comunicarse y encandilar al lector.
¿Cómo pongo valor a mi trabajo?
Nuevamente tenemos que decir que es algo que depende, totalmente de las habilidades que tengas. Supongamos que eres alguien muy bueno escribiendo. Esto significaría que deberías de cobrar más que alguien que no es tan bueno. ¿Pero cómo medimos eso?
Algunas páginas de freelance tienden a medir eso con las estrellas o las puntuaciones que tenga un escritor, y es que existen muchas variaciones, pero en ocasiones los mejor puntuados no son necesariamente los mejores a la hora de querer compararlos con cuánto cobramos deberíamos cobrar nosotros como redactores freelance.
Es decir, si eres un estudiante de música y haces un trabajo, es muy difícil que alguien te lo quiera cobrar al mismo valor de un maestro con años de experiencia musical. En este caso la experiencia y calidad hablan.
Si quieres mejorar tus tarifas, necesitas pulir mucho tus habilidades y poder ofrecer un mejor material que el de los demás. De esto trata este trabajo, el estar continuamente mejorando nuestras habilidades para que podamos rentabilizar mucho mejor lo que ofrecemos.
No intentes replicar los artículos o historias genéricas que muchos otros redactores crean para aumentar la cantidad de palabras que producen. Céntrate en lo mejor que puedes dar y en la mejor forma de otorgarla. Esto quiere decir también que, si tienes un estilo de escritura particular y único, debes hacer todo lo posible por ponerlo frente a tu «marca» como escritor freelance.
Esta es, precisamente, tu principal ventaja, si alguien está interesado en tu trabajo es que vio algo en ti que le ha interesado.
Nunca bajes tu precio por menos del límite aceptable solo para tener más clientes. Estarás realizando mucho más trabajo por menos dinero y, llegará un momento en el que no sólo te quemarás, sino que también empezarás a producir peor contenido, algo que afectará tu reputación. [Nota de Alfredo: no se imaginan la cantidad de veces que he dejado de trabajar con redactores externos en cuanto han empezado a producir contenido mediocre. Contrato rápido, pero tampoco me molesta despedir con la misma rapidez].
No te fijes en la cantidad y comienza a enfocarte en la calidad, y en las cualidades que puedes ofrecer. Solamente necesitamos explotar ese potencial que tienes. Intenta analizar cuáles son tus fortalezas y foméntalas lo más que puedas, quizás eres un increíble escritor de comedia, o eres un dramaturgo en potencia, solamente demuestra cuánto dominas tu área y explótalo.
¿Qué tanto rindes escribiendo?
Muy bien pongámonos al tema y veamos cómo puedes saber cuánto realmente cobras, como ya hemos explicado esto se trata totalmente de un juicio de moral pues el valor lo pones tú.
Pero, así como el valor lo pones tú, debes ser sincero contigo mismo, pregúntate a ti mismo ¿Cuántas palabras escribes en un día? Muchas de los diferentes factores de los cuales te puedes ver beneficiado tratan directamente del como tú te puedes ver beneficiado a la hora de tener que trabajar, y es que depende mucho de tu capacidad de redacción.
Debes saber más o menos cuántas palabras puedes escribir en un encargo al día, y canto de ese material que estás escribiendo es realmente de calidad suficiente para ser ofertado, una vez sepas el numero en promedio de cuantas palabras puedes escribir al día después viene lo mejor, saber cuánto días trabajas realmente.
También tienes que ser muy honesto con esto, pues depende directamente de cuanto puedes hacer tú a la hora de querer escribir, hay quienes tiene un horario muy irregular y algunos trabajan toda la semana, como existen algunos otros de los cuales solamente trabajan unos cinco o tres días, por semana, o incluso quienes trabajan cada quince días, en cualquier caso tienes que entender ese promedio, solamente tienes que hacer una ecuación de la cantidad de palabras que escribes en el día laborables por tus días laborales, y listo ahí tienes tu promedio de palabras.
Si el número es más bajo de lo que esperabas no te preocupes es algo totalmente normal no quiere decir que este mal, de hecho es algo muy común, siempre pensamos que hemos escrito por una eternidad y los números del contador de palabras a veces parecer o ir muy lento o simplemente no moverse, pero ese un, ero sea elevado o sea muy bajo es el número de toda la calidad que escribes, que sea muy corto no quiere decir que sea peor, hay quienes pueden hacer cientos de dólares con solo 1000 palabras, así que no te desanimes.
Lo que quiero ganar
Ahora viene lo divertido y lo que necesitamos saber cuánto es lo que deberemos de ganar, y bueno en este apartado por supuesto que nos repetiremos diciendo ¨depende¨ pero es que esta parte no es algo tan simple, para empezar necesitas de entender que no es un monto que podamos poner a la ligera, es decir, ir supuesto que puede poner a la ligera y ver si lo consigues, si te parece bien, espectacular, pero si no sabes hacerlo y no quieres tomar una decisión impulsiva hay una serie de factores de los cuales tenemos que tomar en cuenta a la hora de quiere fijar un precio.
Primero tienes que pensar cuáles son tus gastos básicos, es decir no todas las personas tienen las mismas necesidades, por lo tanto, los precios, como dice un dicho muy de su padre y de su madre, los pones tú, de acuerdo a TUS necesidades. Si eres un estudiante, o si eres alguien que intenta pagarse el alquiler o tienes personas que dependen de tus ingresos, los precios los pones tú.
Tienes que contar qué cosas son de primera necesidad y cuáles puedes cancelar rápidamente, y te pedimos que tengas eso en mente porque es directamente el gasto presente que tendremos siempre, realiza una pequeña apreciación de cuanto deberás de gastar, e intenta ingresar todos esos datos de los cuales te representan un coste económico o de tiempo.
Tienes que tomar en cuenta lógicamente, la comida, la renta (si la tienes), herramientas de las cuales dispones (el internet, por ejemplo, o si eres alguien que debe de usar un software pago para realizar tus trabajos) medicamentos (en ocasiones algunas personas que pasan tanto tiempo delante de la computadora los necesitan) misceláneos entre otros.
Ahora es importante que no tomes en cuenta gastos como la mensualidad de tu gimnasio o tus frituras favoritas, estamos hablando de gastos básicos.
Ahora harás otra lista que sí toma en cuenta todos esos gastos que no son básicos, digamos que son todos aquellos gastos recreativos de los cuales tienes o desea disponer, una vez lo tengas.
Una vez tenemos los gastos sabemos exactamente cuánto deberemos ganar, dependiendo de la cantidad o el resultado que te de tu suma de gastos, a eso súmale un 40 o 50 por ciento, para que puedas poseer una ganancia, de esta manera no estarás regalando tu trabajo, y no te sentirás desprotegido.
Ahora también hay otras formas, existen algunas personas que desean ganar o se ponen como precio el salario mínimo como un beneficio. Si vas a trabajar de freelance ¿para qué quieres salario mínimo? Estas trabajando desde tu casa, con una buena disponibilidad de tiempo, no tienes un horario estándar, debes cobrar más que eso, para ser eso multiplica el salario mínimo respectivo a tu país, por un 40 o 50 por ciento.