Sé que cuando empiezas a escribir como profesión, puedes llegar a odiar hacerlo. Escribir puede llegar a ser un constante enfrentamiento contigo mismo y con el lenguaje. Estás siempre buscando qué decir y cuál es la mejor manera de decirlo. Te sientes perdido durante el proceso.
Yo lo siento a veces, seguro que tú lo has sentido y apostaría a que los mejores profesionales lo sienten de vez en cuando.
Hay una cosa que me ha ayudado muchísimo cuando tengo estos problemas para escribir: escribir más.
Todos los días escribo algo, generalmente artículos. Esta mañana estaba escribiendo un artículo para un blog y observé que el contador de palabras llegaba a 2000. Hace unos meses no hubiera creído a quien me dijera que podía escribir más de 1000 palabras de una sola sentada.
Y esto ocurre porque nunca dejé de escribir, por muy pesado que se pusiera. Cada vez se me hace más fácil. No soy el mejor escritor del mundo, pero soy capaz de terminar escribiendo algo decente.
Así que mi consejo para todos aquellos que se detienen a pensar en qué escribir o cómo hacerlo mejor: no se detengan. Asegúrense de escribir siempre algo, aunque sea algo pequeño, a diario. Prometo que será cada vez más fácil.
Existe una gran razón por la que las personas suelen aconsejar empezar a escribir sobre lo que conoces: es mucho más fácil escribir sobre algo que ya sabes. Esto te ayudará a seguir adelante y aprenderás a escribir con facilidad sobre las cosas que no conoces.
La práctica hace la perfección.